viernes, 7 de abril de 2017

BAÑO DE SANGRE VOL. XX: “EDUARDO CASANOVA”

¡Bañistas!

Otro viernes más os traemos mierda fresca para amenizar vuestro fin de semana. Y, en esta ocasión, lo de la mierda fresca no lo decimos por decir... pero todo a su debido tiempo.

He hecho la prueba en mi círculo más cercano y, cuando les hablo de Eduardo Casanova, prácticamente el 90% no sabe a quién me refiero. Y es entonces cuando te toca decir eso de “sí, hombre, el Fidel de Aída” para recibir un “aaaah, vale” como respuesta. Esto es algo que está comenzando a cambiar desde que su primer largometraje Pieles se estrenó en la pasada edición de la Berlinale con un éxito rotundo que eclipsó incluso a las candidatas al Oso de Oro, y cambiará aún más cuando llegue su estreno en salas el próximo 9 de junio. Estoy seguro de que, para finales de 2017, Eduardo dejará de ser “Fidel, el de Aída” para convertirse en “el tío ese de las pelis raras”. Y es que, si bien su acogida en festivales está siendo generalmente positiva, la clara influencia en sus trabajos anteriores de pilares de la incomodidad fílmica como David Cronenberg, John Waters o David Lynch será difícil que cale en un público mayoritario que generalmente apuesta por propuestas más livianas. Pero, si lo hace, Eduardo abriría las puertas para lo que podría ser un soplo de aire fresco en el panorama cinéfilo estatal... que buena falta le hace.


El tiempo dirá.


Mientras esperamos (con el hype por las nubes, todo sea dicho) para poder ver Pieles, el mismo Eduardo tiene un canal de YouTube en el que tiene publicados prácticamente todos sus cortos hasta la fecha, los cuales os animo enérgicamente a ver. Estoy seguro de que no os dejarán indiferentes.

Con la excepción de Ansiedad, su primer trabajo como director, os vamos a desgranar uno a uno (¡y sin spoilers!) todos los cortos que os ayudarán a comprender mejor de dónde vienen algunos de los personajes de Pieles y cómo Eduardo Casanova lanza su ópera prima ya con un universo y una estética propios a sus espaldas.

Amor de Madre (2013)


Con su musa Ana Polvorosa como protagonista, Eduardo nos propone en Amor de Madre un tierno (a su manera) cuento de amor zombi que nos remite constantemente al cine de terror y ciencia ficción de serie B de los 40/50, no solo por los pósters y decorados del set en general, si no por su tono histriónico y exacerbado y sus incongruencias voluntarias que generan una intencionada comicidad. El tono verde que inunda todo anunciaba, 5 años atrás, los derroteros que el realizador madrileño iba a tomar en un futuro: la importancia de lo visual, cuidar hasta el más mínimo detalle con un evidente estilo kitsch de cosecha propia y lo social como trasfondo, aunque en este caso no sea quizás su trabajo más profundo si comparamos con lo que vendría después.

Fumando Espero (2013)


Con el pelo rubio platino cardado, un camisón fucsia exageradamente escotado y uñas largas, muy largas, a juego. Así aparece Cristina Fenollar tumbada en la cama, fumando y esperando al hombre que ama. Sabemos que algo no está bien desde el principio, que su obsesión va en aumento como la cantidad de cigarros que se acumulan en su cenicero. Pero, creedme, el giro de los acontecimientos os pillará desprevenidos.

Se pueden leer por la red en multitud de sitios algunas críticas que sugieren que Casanova se hace aquí amigo de la transgresión de baratillo, y no podría estar más en desacuerdo. Al igual que realizadores como Harmony Korine o el gran John Waters (en estilos y formas totalmente diferentes, por supuesto), la misión de Eduardo es mostrarnos lo más burdo, soez y deleznable de una sociedad en decadencia, en algunos casos llevándonos a pensar que, si el corazón y las tripas así lo dictan, ¿Por qué iba a ser algo incorrecto? Y así, con la lucha entre la moral, la razón y las entrañas, llegamos a un giro de los acontecimientos cuanto menos inesperado que te deja en shock, incómodo y con la mente tan gris como las paredes de la habitación. 

La Hora del Baño (2014)


Hace muy poquito daban el premio honorífico por su carrera a Macarena Gómez en el C-FEM, el festival de cine fantástico de Murcia. Y lo cierto es que no es para menos, puesto que Macarena lleva prácticamente dos décadas en las que, desde su debut en el largometraje con Dagon: La Secta del Mar de la Fantastic Factory de Brian Yuzna, ha participado en multitud de proyectos de cine fantástico y de terror. Actualmente sigue su recorrido por festivales el exitoso Behind de Ángel Gomez Hernández, acumulando premios y menciones a lo largo y ancho del globo, y estoy seguro de que Void Chair de Xavier Miralles también llevará la cara de Macarena a multitud de certámenes del género, tal y como lo hizo el pasado mes de febrero en el Festival de Terror de Sabadell.

Si bien estamos acostumbrados a ver a los personajes de la cordobesa en situaciones extremas, en el cortometraje que nos ocupa llega a niveles aterradores de histeria. Y es que La Hora del Baño es una montaña rusa de emociones que comienza con el llanto de un bebé despertando a su madre de un sueño que parece sacado de la mente del mismísimo Cronenberg. Lo que parece una situación cotidiana termina siendo un sórdido espectáculo de degeneración y locura en el que solo el sonido provoca una inconmesurable sensación de angustia. Perturbador, tremebundo y con más efectividad que cualquier método anticonceptivo. Ya no solo por ver hasta los extremos que te puede llevar un bebé, si no por evitar traer al mundo humanos que puedan convertirse en la escoria que son esos padres.

Un mensaje ambiguo que oscila entre la esperanza y el nihilismo, y unas actuaciones sublimemente histriónicas de Gonzalo Kindelán y la propia Macarena Gómez hacen de La Hora del Baño su trabajo más “disfrutable” (o padecible, según la sensibilidad de cada cual) hasta la fecha.

Eat my Shit (2015)


¿Cómo concentrar en poco más de 3 minutos la comedia más escatológica y el drama más surrealista? La respuesta la encontramos en Eat my Shit, el que probablemente sea el corto más conocido de Casanova debido a su participación en gran cantidad de festivales como el prestigioso SXSW de Austin, Notodofilmfest, o el mexicano Post Mortem.

Si habéis pillado la primera frase del artículo respecto a la “mierda fresca”, será porque ya habíais visto el corto, ya que en él se nos presenta a Ana Polvorosa como una chica con un esfínter por boca, triste y enfadada porque al subir un selfie a Instagram se la han borrado por contenido sexual. Harta de sentirse discriminada por algo que no ha podido escoger y de ser objeto de burla por parte de la gente, decidirá cagarse en la mediocridad. Literalmente.  

La Misma Piel (2015)


En esta fashion film financiada por Vogue, nos encontramos con la historia más surrealista de Eduardo hasta la fecha. Con su productora Carolina Bang como protagonista, el corto nos sitúa en un lujoso restaurante al que una chica llega con un inquietante mensaje para su camarera: “tú y yo tenemos la misma piel”. Si hablamos de estilo y forma, La Misma Piel es como si Tarantino intentara emular a Lynch en un set ideado por Cedric Gibbons. Un corto extraño, inquietante y visualmente espectacular que desentona del resto de sus producciones, lo cual no es en absoluto algo negativo.

Fidel (2016)


A Casanova le vino que ni pintado que, el pasado 25 de noviembre del 2016, Fidel Castro dijera adiós al mundo terrenal, porque aprovechó para presentar su personal visión de la muerte de Cuba tal y como la conocíamos antes del histórico cambio en las relaciones con EEUU. Su corto Fidel nos muestra al susodicho solo y desesperado en una habitación destartalada con un menú Whopper que le hace llorar, no sabemos si por haber tirado por el retrete 54 años de lucha convencida, o por haberse estado “perdiendo” ese sabor durante toda su vida.

Si bien es fácil pensar que Eduardo entra con este corto en la clara y directa crítica política, un servidor cree que las intenciones son mucho más cercanas al espíritu provocativo del punk que a cualquier ideología o pensamiento. No creo que las intenciones fueran más allá de crear una tragicomedia a partir de un tema espinoso, pero eso solo lo sabe su creador. Y tampoco es algo que importe… a menos que tu ideología haya hecho que pierdas el pragmatismo además del sentido del humor.  

Jamás Me Echarás de Ti (2016)


Es en su último corto hasta la fecha, Jamás Me Echarás de Ti, donde Casanova nos acerca más que nunca a un drama social con un estilo relativamente almodovariano, pero una vez más con su sello personal.

Un joven con unos rasgos faciales muy característicos, interpretado por el modelo Lle Godoy, vive bajo la tutela de su sobreprotectora madre, quien le inculca que no debe nunca mostrar su cara al mundo porque la gente es muy cruel, por eso le pide que nunca se quite la máscara. Y es que su madre tiene una enfermedad terminal que pronto le apartará de él, con lo cual le va preparando para el trágico desenlace.

Una vez más el leitmotiv de la gran mayoría de su trabajo se refleja aquí: que tu apariencia sea diferente no significa que tus sentimientos funcionen de forma distinta. Nos queda un largo camino como sociedad en cuanto a la aceptación de la gente físicamente diferente.

Esperamos que este artículo sirva para introduciros en el particular y único mundo de Eduardo Casanova, y os anime a invadir en masa el próximo 9 de Junio las salas para exigir que esta clase de propuestas distintas, arriesgadas y originales lleguen más a menudo a nuestras carteleras. Tal vez así más de uno sacaría la cabeza del culo y dejaría de decir eso de que “el cine español es una mierda”. Que, oye, si uno debe juzgar por lo que llega a las carteleras, la verdad es que a veces es normal pensarlo.  


Óscar Lladó

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